Medina Azahara
Medina Azahara, ("la ciudad brillante"), fue una ciudad palatina o áulica que mandó edificar el primer califa de Córdoba, Abderramán III, a unos 8 km en las afueras de Córdoba en dirección oeste, a los pies de Sierra Morena.
Los principales motivos de su construcción son de índole político-ideológica: la dignidad de califa exige la fundación de una nueva ciudad, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos, el recién instaurado Califato fatimí de Ifriqiya, la zona norte del continente africano. Además de oponentes políticos, lo eran también en lo religioso, ya que los fatimíes, chiíes, eran enemigos de los omeyas, mayoritariamente de la rama islámica suní.
El yacimiento arqueológico de Medina Azahara está declarado Bien de interés cultural en la categoría de Monumento desde el año 1923, además de ser declarada oficialmente como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco el 1 de julio de 2018. En 2018 recibió más de 275.000 visitantes, siendo uno de los espacios culturales más visitados de Córdoba.
Historia
El Califato de Córdoba fue un estado andalusí proclamado por Abderramán III, de la dinastía omeya, en el año 929 d.C. que conllevó al mayor esplendor político, social y económico de la España musulmana, haciendo de la ciudad de Córdoba la más avanzada de Europa y el asombro del mundo.
En el 750 d.C. la dinastía de los Omeyas es derrocada del Califato de Damasco por los Abasíes. Abderramán I el Emigrado, siendo miembro superviviente de los Omeyas, huye a Al-Ándalus proclamando el Emirato de Córdoba en 756 d.C. independiente de la nueva capital abasí, Bagdad. Abderramán I no se proclamó califa pero sí lo hizo uno de sus sucesores, Abderramán III, después de acabar con la inestabilidad política del emirato (principalmente la revuelta de Omar ben Hafsún). La creación del califato significó alzarse hasta el nivel de Estado del Califato de Bagdad con todo lo que ello conlleva, tanto religioso como político, en competencia con el califato abasí.
Bajo los reinados de Abderramán III (929-961) y su hijo y sucesor Al-Hakam II (961-976) se consolida el estado cordobés. Es ahora cuando Abderramán III echa en falta un símbolo de su poder religioso y político que represente al califato como lo es una ciudad palaciega donde residir junto a su corte. En el año 936 d.C. manda construir la fastuosa Medina Azahara junto a la capital, Córdoba. Surgida de la nada, la ciudad regia concentra todo el poder político del califato.
Las relaciones diplomáticas se centraron en los reinos cristianos de la península, con intensos diálogos y algunos enfrentamientos bélicos; el norte de África, contra los fatimíes que controlaban rutas comerciales clave con el África subsahariana desde donde llegaba el oro; y el Mediterráneo donde se mantuvieron relaciones diplomáticas con Bizancio.
Con el reinado de Hisham II (976-1016) el verdadero protagonismo lo tuvo el “hayib” o primer ministro Almanzor, genio militar en su lucha que mantuvo en jaque a los reinos cristianos del norte llegando a entrar en León, Pamplona, Barcelona o Santiago de Compostela donde se llevó las campanas del templo prerrománico dedicado a Santiago hasta Córdoba.
Al morir Almanzor en el 1002 d.C. los problemas sucesorios desembocaron en una “fitna” o guerra civil en el año 1010 d.C. hasta que en 1031 d.C. se decide acabar con el califato pasando a ser ahora Al-Ándalus un compendio de diferentes pequeños reinos o reinos de taifas, perdiendo su hegemonía y dando lugar a un mayor empuje por parte de los reinos cristianos.
Fue durante la “fitna” cuando Medina Azahara se abandonó y comenzó su progresiva destrucción con saqueos y finalmente su olvido total. Los almorávides, que irrumpieron desde el norte de África en Al-Ándalus en 1086 y unificaron los reinos taifas bajo su poder, desarrollaron su propia arquitectura, pero es muy poco lo que ha sobrevivido, ya que la siguiente invasión, la de los almohades, impuso un islamismo ultraortodoxo y destruyó prácticamente todos los edificios almorávides importantes, junto con Medina Azahara y otras construcciones califales.